Respecto de la iniciativa, Lucía Alvarenga, trabajadora del área del comedor de la UST, describe: «Es retomar la habitualidad de lo que venimos haciendo: merenderos y demás…Nos reunimos todos los jóvenes de la cooperativa y tiramos ideas (…) Nos anotamos para armar los grupos y arrancamos!». Bruno Maidana, trabajador de la cooperativa sostiene: «La idea es que se pueda dar lo del merendero con los chicos del club, abierto a todos los chicos que son del barrio, obviamente».
Al respecto, Ariel Coronel remarca: «No todos los chicos juegan en el club. Hay muchos chicos de acá que juegan en la calle. Es lindo, prestarles atención, pasarles una película, hacerlos jugar acá…»
Sumando voluntades solidarias, nutriendo pancitas y corazones:
Respecto de la iniciativa, Maidana indica que «la idea es que los pibes y pibas se lleven algo dulce en la panza y que se puedan llevar algo en la mente». Como agrega Rocío Correa, entrenadora de Hockey del Poli UST. allí «se busca que los chicos no sólo vengan a merendar y se llenen la panza, sino que también se lleven algún recuerdo, transmitirles algo, desde otra parte, para que ellos tengan la motivación de seguir viniendo y así poder traer más chicos y que se lleven algo lindo, más allá de venir, comer y ya está (…)
Nosotros queremos ayudar a que los chicos tengan nuestro apoyo». Por su parte, Alan González, trabajador de la UST, adhiere: «Cualquier tipo de ayuda que necesiten, vamos a estar acá para ayudar».
Y asi vemos, una vez más, el grupo de jóvenes de la UST, continuando el legado de los socios fundadores de la cooperativa, sosteniendo la permanente construcción colectiva de comunidad, acompañando a los pibes y pibas del barrio, con tiempo, dedicación, contención y con copas de leche calentitas y meriendas ricas, preparadas con mucho amor, para nutrir cuerpo y alma!